sábado, 3 de noviembre de 2007

DELIRIO

La vida pulcra.

Pedazos de papel abandonados por todo la habitación, verde las ideas, blanca la atmósfera, contaminada de pulcritud; pasado y presente comiendo esperanzas, botes, basura, mangueras, sueros, cobijas quietas, dos razones por el cual quedarse en este mundo, respiro cloro, escucho risas, no quiero cerrar los ojos pues al abrirlos podría desaparecer, no tengo horario no se de tiempo, ¿el tiempo? Tirado en la cama suplicando retroceder, no más sillas de ruedas solo pasos seguidos siguiendo su destino, tengo miedo, tengo miedo al espejo postrado a la pared de granitos de reloj de arena. Túneles de Guanajuato, quiero regresar, en ellos puedo esconder mi miedo al olvido, a la oscuridad contemplando una luz al principio del cubo, dos horas después mi imaginación se detiene, esperanzas, necesito una mano sobre la otra, tomar agua siembra siempre frescura, descalzos estamos, ¿pero por que no tocar el piso? No hay mas que desnudos, una placa lo ratifica, ¿en verdad encuentras algo vivo por dentro?, a veces hay que cuestionarse menos y abrazarse más, ¿sabes el poder que tiene un abrazo?. La corrida de toros fue espectacular, grandiosa, podría ser torero, tengo mi espada, mi capa todo gracias a mi padre, o sí mi padre montado en su lobo automática, yo sentado a la derecha del padre; solo observo la luna, las cortinas son un buen telón del ensueño perdiendo la paciencia, todo esta bien, vómitos mas que consuelos, besos, despedidas responsables del pasado con unos zapatos blancos buscando la salida, regresar para asegurarse de su partida, manecillas pálidas intactas, no cierro los ojos mi pulso esta bien, no suena el teléfono, extraño mis sueños del lado izquierdo, entumidos los derechos, quiero salir a través de mi mano, no quiero pararme , no despego la pluma, testigo de la impaciencia no contamino, no ensucio no estorbo.
Sara esta bien, quiero verla, Víctor también, ellos han pasado por esto, lo consolable es que escuchan, leer los sentidos, huesos colgados a los pies de la cama, no respira no se mueve, es de plástico, aparatos prendidos, grita antes que el tiempo te alcance por la salida de emergencia, una jeringa en mi mano, mejor salida ninguna, dormir hablar.-¡Ya me chingaron estos!. ¿Y tu madre, no vino?, señales de vida cada segundo, miedo, descanso, llantas desgastadas de cargar soluciones, sueros insertados en el alma, se que aquí abundan las estampitas de algunos santos, aquellos que caminan por los pasillos chocando unos con otros, todos de blanco, por esos las almas se mofan de las visitas. Puedo pedir clemencia, solo unos instantes Bretón sobre mi memoria, lo acaricio, me presenta a la calaca, no llegue hasta aquí por que sí, nací y cuidare de el. Perder la razón será lo más razonable, loco para que me comprendan, no se leer donde hay miedo a conocer la verdad. No saldré de aquí, todo es seguro, te atienden y no te dejan caer. Los extraviados encuentran a Dios con bata blanca. No se su nombre, una enfermera sentada a mi lado no deja de ver a su paciente, Don Luís si comió mi padre no, si algo esta mal yo no dudaría en dar mi risa, no se que más me sirve, seguiré con Adre, tal ves el paso por esto tal vez yo no pase por esto, me rehusó a pensar más, pierdo el sentido 3er. Piso cama 310, no vuelvo al final del pasillo, arañas, alguien sale de la pared.